viernes, 27 de abril de 2012

ENTREVISTA ENCONTRADA DEL NUEVO DIA~JUAN MANUEL LEBRON

La graciosa cara de la felicidad
El humorista tiene como principio de vida hacer el bien sin mirar a quién
(El Nuevo Dia / Lino M. Prieto)
Por Patricia Vargas Casiano / pvargas@elnuevodia.com
Sin pensarlo dos veces, el comediante y cantante Juan Manuel Lebrón afirma que en esta existencia ha sido feliz al 80%. Es que este hombre de sonrisa generosa, campechano y parlanchín aprendió de su padre el respeto por todo lo que le rodea, el servicio, y a eso le agregó otra enseñanza: hacer reír sin importar a quien.
“He celebrado tanto en mi vida... tengo un matrimonio estable desde hace 40 años, tengo tres hijos saludables, seis nietos hermosos y cada vez que nace uno siento que me da más vida, porque los quiero ver crecer. Para ser feliz en el 80%, como soy yo, tienes que cuidarte física y mentalmente, y lo principal: haz el bien y no mires a quien”, sostuvo el artista.
En otra reflexión, Juanma -nacido en el desaparecido sector El Fanguito de Santurce hace 64 años- admite que su vida no ha sido un camino de rosas.
“He tenido sufrimientos también, como todo el mundo, pero me enfoco en resolverlos rápido y si no puedo me retiro del problema, se lo pongo en las manos a Dios y sigo bregando. Esa es la mejor fórmula que he encontrado”.

¿Qué queda de El Fanguito en ti?
Todo. Nací y me crié allí y fui feliz. A veces la gente piensa que porque vienes de un barrio eres un títere, pero cuando uno sabe donde está parado, quienes son tus amigos, tus padres, no es así. La mejor convivencia que tuve en mi vida fue en esa barriada, de donde salí cuando tenía 24 años y me casé con mi esposa, Nydia Esther Rivera, que conocí allí. Allí nadie iba a plantar bandera, había un respeto y no porque los iban a sacar a balazos, sino porque habían tipos que sabían pelear a puño limpio y si venía alguien a abusar de los que vivían allí los protegían. Si El Fanguito existiera quién sabe si yo estuviera viviendo allí todavía.

¿Cómo fue tu crianza?
Siempre he dicho que era un “mama’s boy” del Fanguito. Por las tardes me reunía con mis amigos y cuando mi papá pasaba para la casa me hacía un gesto con la cabeza y seguida me iba detrás de papi. Hasta que un día los muchachos empezaron a decir “se va la nena” y me quedé dos o tres minutos más en el sitio echando pecho. Cuando entré a la casa el viejo me dijo “la próxima vez voy a cerrar la puerta”. Mi padre era carpintero de la construcción, un hombre que su tiempo libre lo usaba para ayudar a todo el que lo necesitara, y mi mamá ama de casa. Éramos cuatro hermanos muy unidos... dos ya murieron.

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